miércoles, 18 de abril de 2012

MICRORRELATO: El Pozo de los Deseos


  No será suficiente –pensó.
  Con gesto concentrado, sopesó la moneda en su mano. La giró entre los dedos, acarició la efigie impresa sobre ella, se entretuvo capturando destellos del sol sobre su bruñida superficie. Luego se inclinó sobre el brocal del pozo y  la dejó caer.
   La moneda golpeó el agua con un sonido leve, como una palmada, y se hundió entre los limos que imaginaba en el fondo, donde yacería con otras monedas similares.
   --No será suficiente –se repitió a sí mismo. Y a pesar de ello, formuló mentalmente el deseo, esperando que el genio hubiera rebajado su tarifa. La última vez le costó más de cien  euros que Laura le amara.

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